Influenciada por la película Aftersun, y porque creo que por fin tengo las agallas y el sentimiento de expresar esta pequeña parte de mi vida.
Mi papá es del sur, por ende toda mi familia vive allá, casi todos a 500 m de distancia.
Primas de mi edad no tuve nunca, sólo muuy mayores o muuy menores. Hasta que conocí a la Dani, que era mi prima en segundo grado. La primera vez que nos conocimos fue muy random, nos vimos en un colegio del pueblito en el que nos encontrábamos en vacaciones. Recuerdo haber tenido como 10 y ella 15. Desde el primer día la amé mucho. Siempre le dije que la quería tanto como una hermana mayor, ella sólo se reía, y me abrazaba mientras caminabamos por el único camino de Riñinahue que unía nuestras casas. A medida que nos encontrábamos en el sur, mi mamá la invitaba a comer, o nos encontrabamos por ahí, nos poníamos a batir la lengua, yo le contaba mis cosas y recuerdo perfectamente su cara escuchándome, asintiendo con su cabeza a todo lo que yo le comentaba, para ella agregar las múltiples historias que le ocurrían. Siempre le dije a mi mamá lo mucho que yo quería que la Dani fuera mi hermana mayor, o lo bacán que era, ella siempre estaba feliz y dando abrazos, riéndose a carcajadas, era increíble. Todo el mundo la amaba, y como no amarla, era una luz. Me daba consejos que nunca seguí, estuvo estudiando y trabajando en Santiago, mis papás la invitaron a comer y fue espectacular, yo no podía dejar de crear una amistad fuerte con ella, hablabamos de cosas profundas, y nos reíamos mucho. La amé muy fuerte.
A los años entendí muchas cosas sobre ella. Y me hicieron quererla aún mas mientras afiatábamos nuestra relación de primas.
El 2 de Enero del 2014, mientras estaba con una amiga en el Mercado Central, me llama mi papá. La Dani a sus 23 años se suicidó. Viajé ese mismo día al sur. Lo demás es historia. Creo que logro dilucidar un poco las razones que la llevaron a cometer tal acto. Hasta el último momento de su vida para mí fue una persona megavaliente.
Ella se fue y un poco de mi infancia y felicidad con ella. Creo que recién, luego de casi 10 años pude darme el espacio para poder expresar lo que a mis 18 no pude, llorar, cuestionar, patalear, gritar fuerte y agradecer el hecho de conocerla, de compartir con ella, de haber sido parte de su vida.
Todo partió aproximadamente desde Noviembre del 2022 que pequeñas cosas han pasado y me he acordado de la Dani; de su risa, de sus cachetes rojos y la libertad que transmitía.
Este recuerdo de dolor y muchas cosas laborales me llevaron a una crisis de vertigo bastante cuatica, por lo que me dieron licencia por 15 días.
Sin poder ordenar mis pensamientos y emociones, me fui a Valdivia, ciudad donde vivía la Daniela. Las canciones que marcaron esta aventurilla fueron las que mas me recordaban a ella.
1. Esta canción me la mostró ella.
En alguna conversación me contó de lugares que frecuentaba, y por arte de magia en febrero recorrí. Este viaje me dejó mucho mas tranquila, la Ana de 18 años no entendía absolutamente nada, faltaron 9 años para entender la complejidad del asunto en su totalidad. Todo este viaje fue una maravilla, lloré mucho, solté bastantes cosas y agradecí al mundo otra vez por haber tenido el placer de haberla tenido en mi vida, aunque hayan sido pocos años.
Pienso en lo mucho que quiero tenerla en este mundo, que la gente la conozca y sepa que aún hay personas buenas. La extraño, quiero contarle tanto, quiero que sepa lo mucho que me hizo falta, que necesité su consejo, que me perdone por no irla a visitar al cementerio, pero no me da el cuerpo para ir, que su ausencia me dejó muy mal, a veces escucho tu risa, a veces veo tu cara en otras personas con cachetes rojos. A veces pienso que si voy a Valdivia me vas a esperar en tu casita con te y pan amasado, además de una piscola y cerveza que tanto tomabas.
Y por Aftersun y el viajecito que hice te recordé nuevamente, porque es muy dificil despedirse, porque tengo miedo de que los recuerdos que guardo con tanto amor se desvanezcan, porque no quiero olvidar ni un recuerdo en el que aparezca tu carita, tu risa. Pero ya con 27 puedo entender lo oscura que puede volverse la vida y lo profundo que podemos caer cuando las cosas no funcionan. Porque en esos veranos yo estaba llena de vida, descubriendo el mundo nuevo, gente nueva, pensando que el mundo era mío, sintiendo que tenía tanto por aprender, por explorar, pero en cambio tu sentías que no tenías futuro, que ya habías vivido más, con una herida muy profunda.
Me hubiera gustado haber tenido las palabras, el dinero o una varita mágica para cambiar tu vida, pero no puedo, ya no pude, eso me duele. Cuando quiero recordarte, pongo algunos como ''Los Malaventurados no lloran'' y empiezo a pensarte con fuerza, con amor y felicidad mezclada con pena. Luego la pena desaparece y sale una sonrisa.
Es dificil despedirse, creo que aún no aprendo y no se si quiera despedirme de ti, espero lograrlo un día.
te amo mucho Daniela, ahora y para siempre. Gracias.
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